El incombustible Mario Román está embarcado ahora mismo en una nueva gira por Hispano América y el pasado fin de semana disputaba en Perú una nueva edición de la Kenda Ukupacha Extreme, consiguiendo el segundo puesto a espaldas de Alfredo Gómez.

«La carrera dio comienzo el sábado con la disputa de la prólogo en una pequeña plaza de toros, que se llenó por completo. Unas cinco mil personas, todas deseando vernos de cerca y hacerse fotos con nosotros. Un público muy cálido la verdad.

Sostuve un bonito duelo con Nachette Fernández en la semifinal y otro con Alfredo Gómez en la final, consiguiendo entrar en meta prácticamente pegado a él, lo cual me dejó un buen sabor de boca, considerando que el superenduro no es mi fuerte en este momento y que, a pesar de ello, rendí muy bien en pista.

El domingo salí segundo y enseguida estábamos atravesando una población. En 2016 perdí la carrera justamente por cruzar un pueblo a más velocidad de la que debía, así que esta vez fui prudente y respeté sobradamente el límite de velocidad, entre otras cosas, porque yo pensaba que no se nos permitía superar los 50 km/h. cuando en realidad el límite real era de 80. Allí me cogieron Nachette y Xavi León, aunque ya les advertí que aminorasen la marcha.

Luego ascendimos por una montaña en Latacunga con unas vistas impresionantes. Estaba todo despejado y el paisaje era inigualable, no podía parar de contemplarlo. Por otra parte, íbamos haciendo muchísima navegación y Alfredo y yo nos fuimos ayudando el uno al otro, adelantándonos mutuamente y en repetidas ocasiones, y al final llegamos a meta juntos, con apenas seis segundos de ventaja para él. De haberse aplicado un criterio como el de la Romaniacs y habiendo salido yo 30 segundos después de Alfredo, la victoria habría sido para mí, pero aquí decidieron establecer la clasificación no por tiempo sino por orden de llegada.

En cualquier caso, muy satisfecho con mi actuación y, eso sí, mencionar que el hecho de tener que rodar durante más de una hora por poblaciones resulta muy peligroso y los organizadores de la Ukupacha deberían tomar buena nota de ello con vistas a futuras ediciones».