Las World Enduro Super Series tocaban a su fin el pasado sábado en la localidad alemana de Griessbach, donde se celebraba una nueva edición del Getzen Rodeo Extreme Enduro, que iba a congregar a las máximas figuras de la especialidad, entre ellos, Manuel Lettenbichler, Taddy Blazusiak, Jonny Walker, Alfredo Gómez, Graham Jarvis, Pol Tarrés, Billy Bolt… y un Mario Román dispuesto una vez más a jugar un papel destacado a los mandos de su Sherco oficial.

Sesenta participantes salían primero a disputar una carrera clasificatoria, de dos horas de duración y en la que el piloto de Moremoto se hacía con la séptima posición. Tras un largo descanso, los veinte mejores de esta primera ronda tomaban la salida en la denominada Getzen Champ, la verdadera final del evento, integrada por un demoledor recorrido al que se trataba de dar el mayor número de vueltas posible durante ochenta minutos y que ganaría Lettenbichler.

«En la clasificatoria salí octavo, por la posición que ocupaba en la provisional del WESS y en dos vueltas me puse primero. Me encontraba muy a gusto y llevaba detrás a Lettenbichler, Taddy y Alfredo, aunque tenía margen sobre ellos y mi ritmo era bueno. Pero sufrí un problema con la moto, por culpa de un tornillo que el mecánico había dejado suelto y me vi obligado a parar en boxes durante veinte minutos. En fin, en cualquier caso, terminé séptimo y conseguí clasificarme para la final, saliendo octavo también, decidido a darlo todo. Por desgracia, tras sostener una buena batalla con varios de mis rivales, se me atragantó un escalón en el que tuve varias caídas fuertes que me dejaron el manillar y las manetas en muy mal estado. Seguí adelante como pude, pero ya con vuelta perdida y no pudiendo ir más allá de la octava plaza. Aquel punto de la carrera desde luego sobraba, porque parecía un circo: no es normal ver a los diez mejores pilotos del mundo todos por los suelos, incluido Jarvis, quien rara vez se cae.

Creo que se excedieron no ya en el grado técnico del obstáculo, sino en el peligro. Por lo demás, la prueba estuvo muy bien organizada y cada año hay más público, cuyo apoyo constante es muy de agradecer. Yo iba con ganas de llevarme la victoria o al menos hacer un buen resultado y cerrar la magnífica temporada que llevo con un broche de oro, pero… no pudo ser. Ahora ya pienso en mis siguientes retos, la Ukupacha que disputo la semana próxima, y mis futuros viajes a República Dominicana, Ecuador, Perú… que me retendrán en América hasta el 16 de diciembre».