El pasado fin de semana se abría la temporada internacional de enduro extremo con la clásica cita francesa de la Alestrem, donde Mario Román, ya luciendo los colores de Moremoto Racing, lograba un sensacional resultado, al hacerse con la segunda posición, por delante de su compañero de filas en Sherco Wade Young y a espaldas del coloso Graham Jarvis. ¡Enhorabuena!
Con estas palabras nos relataba el propio Mario la experiencia vivida en Francia: «aproveché las jornadas previas para visitar la sede de Sherco en Nîmes, saludar allí a todo el mundo, y comprobar que todo iba bien en mi nueva moto de carreras, cuya principal novedad es la suspensión, puesto que en 2018 empleábamos componentes WP y ahora, Kayaba. Previamente ya había trabajado en este sentido con la gente de Dataracing, así que al llegar a fábrica me limité a montar en la moto de carreras las suspensiones que me habían preparado en Madrid y dar el definitivo visto bueno a todo.
En cuanto a la carrera, se trata sin duda de una de las más duras del año, con siete-ocho horas de moto. Si bien es cierto que las cuatro primeras horas no son demasiado exigentes, luego va subiendo el nivel y todo se complica mucho, como demuestra el hecho de que solo cuatro pilotos cruzamos la meta. Hay obstáculos verdaderamente imposibles, que la mayoría no puede superar, viéndose obligados a dejar allí mismo la prueba…
En la prólogo del sábado me sentí bien, pero todos los de cabeza estábamos fuertes y me quedé a las puertas del podio. Batallamos duro en las cuatro primeras vueltas, de noche y con mucha piedra, pero luego se me escaparon un poco y ya decidí no arriesgar, para no comprometer mi actuación al día siguiente. Los diez primeros clasificados íbamos a salir en la misma fila el domingo, de manera que no me perjudicaba en absoluto el haber sido cuarto.
Ya en la carrera «de verdad» adopté mi táctica habitual de intentar rodar en el grupo de cabeza durante las dos primeras vueltas y de hecho fui líder a lo largo de la primera, aunque en la siguiente me dormí un poco y los de alante pusieron tres o cuatro minutos de por medio. No conseguí “despertarme” lo suficiente en la tercera, quizás por resultar algo fácil, pero poco después, cuando llegaron las zonas más técnicas y ya pensaba que se me escapaba el podio, me encontré a Manuel Lettenbichler y Wade Young sufriendo, les superé sin problema, y a partir de ahí me encendí, sabedor de que podía estar delante.
Me sorprendió el comprobar que mi ritmo era tan superior al de ellos en las zonas difíciles, aun cuando Jarvis había abierto ya mucho hueco y no iba a poder darle alcance. Estoy muy satisfecho con este segundo puesto, que, para ser sincero, a mí me sabe a victoria».
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