El pasado sábado se celebraba en el Palau Sant Jordi de Barcelona la vigésimo primera edición del Supercross de Barcelona, que en la clase de SX1 congregaba a un importante contingente de pilotos, entre ellos, los estadounidenses Justin Bogle, Tyler Bowers, y Benny Bloss.

Al no establecerse una categoría específica para las «dos y medio» cuatro tiempos, nuestro joven piloto Oriol Oliver correría encuadrado en SX1 junto a los grandes, quedándose a un paso de conseguir la clasificación para la final. Así nos resumía su experiencia:

«El viernes anterior a la carrera pude tener una primera toma de contacto con la pista. Rodé apenas cuatro vueltas, pero eso ya me permitió comprobar que el circuito era muy distinto al del año pasado, bastante más técnico y con unos dubbies más grandes. Ya el sábado, en el transcurso de los entrenamientos, fui adaptándome mejor y cogiéndole el “feeling” a esta especialidad que rara vez practico. De hecho, con anterioridad solo había podido realizar una sesión de entrenamiento sobre una pista de supercross –la de Lleides- y la verdad es que me costó habituarme al trazado del Sant Jordi.

En la semifinal no salí demasiado bien, pero mi ritmo sí que fue bueno y terminé octavo, es decir, que por un solo puesto me quedaba sin acceso directo a la final y me iba a tocar intentarlo en la repesca. Tampoco realicé una salida brillante en ésta y estuve rodando sexto-séptimo, hasta que algunas caídas me ayudaron a subir hasta la cuarta-quinta plaza. Ahí inicié una seria batalla con Yago Martínez –algún que otro “blockpass” de por medio- pero al final me adelantó en la última vuelta, relegándome al quinto lugar y dejándome sin opción de entrar en la final, puesto que únicamente pasaban los cuatro mejores de la repesca.

De cualquier modo, contento, porque acabé haciendo todo el circuito bien, salvo los «dubbies». Estoy seguro de que con algo más de entrenamiento específico, mis resultados habrían sido otros, así que para el próximo año ya tengo en mente trabajar duro en esto. Y desde luego, volví a disfrutar mucho –en 2018 ya lo había hecho de forma especial, al ganar las mangas de 125-, porque la experiencia de correr en el Palau es única».